cerrar
Mamibicho

¿Quién soy?

MamibichoHola chic@s! Me llamo Silvia y soy MamiBicho, futura mamá de 33 años (Ya soy mamá ? ! ). Me apasiona mi familia y adoro a mi marido, mi perfecto compañero en esta aventura de ser papis. Tenemos muchísimas ganas de conocer a nuestro pequeño. Me gusta la moda y vivir al máximo la vida 😀

La web Mamibicho.com nace después de 2 años de peripecias hasta que conseguimos el más que ansiado embarazo. Por eso he creado este blog de embarazo para compartir mi historia y mis experiencias y ayudar a quienes estén o hayan pasado por la misma situación.

ÍNDICE DEL ARTÍCULO

Los primeros meses en búsqueda del embarazo

Una vez que despierta el instinto maternal a los 30 años, y después de muchos comentarios en nuestro entorno más y menos cercano, ¿Vosotros para cuándo?.
Decidimos que había llegado el momento de aumentar la familia. Nos habían contado y siguen contando, que tener un hijo es muy fácil. Todo el mundo lo tiene a la primera… Nosotros esperábamos que no íbamos a ser menos ☺.

En el primer mes de la búsqueda es en el que más «sacrificios» haces, eso si, todos ellos con la mejor de tus sonrisas, ya que es todo por tu futuro bebé. Tomas al pie de la letra todo lo que lees por internet, cuidas más tu alimentación, empiezas a tomar el ácido fólico y las vitaminas prenatales, no bebes alcohol, haces más deporte pero sin excederte claro no vaya a ser malo para el bebé, te descargas todas las app sobre ciclos menstruales,…

Una vez que pasa el periodo fértil y cumpliendo con los deberes a raja tabla, empiezas a notar y sientes que ya hay vida dentro de ti. Te ilusionas por cada sensación diferente en tu cuerpo y con cada molestia piensas ¿Estoy embarazada?

Los primeros meses en la búsqueda de embarazo son los más emocionantes, cada nueva sensación piensas que estás embarazada

Pero esa ilusión se esfuma rápidamente cuando te viene la dichosa menstruación y piensas que bueno no pasa nada que no sea a la primera. Empiezas a buscar por internet y lees que de media se puede tardar entre unos 6 o 7 meses, buff qué de tiempo, nosotros seguro que a la siguiente lo conseguimos.

Para que esta vez si sea más efectivo me compré los test de ovulación, unas tiras similares a las de embarazo que marcan el pico de la hormona LH, la cual marca el inicio de la ovulación, tus días más fértiles. También comencé a medir la temperatura basal cada mañana, una técnica sencilla y barata para conocer tus ciclos y sobretodo para determinar tu periodo fértil.

Con toda esta información adicional y encima teniendo unas reglas súper regulares no habría ningún impedimento para que este mes si me quedara embaraza.

Pues nada… otra vez la maldita menstruación, otra vez que hay que volver a empezar de nuevo, tomarte la temperatura basal cada día, las pruebas ovulación, tus días fértiles… Y así ciclo a ciclo se van pasando los meses. Cuando pasas la barrera de los 6 meses empieza una nueva sensación ¿Nos pasará algo?. Estamos tardando más que la media.

La probabilidad de quedarte embaraza en tus días fértiles a partir de los 30 en del 15%

Pido cita con mi ginecólogo, pienso que con 6 meses de búsqueda me recetará algo para ayudar a quedarme embarazada o por lo menos nos empezará a hacer pruebas para ver si hay algún problema. Pero no, te dice que es normal, que esperes que no seas impaciente. Que vuelva dentro de 6 meses si no lo he conseguido 🙁

Tu entorno más cercano sigue con sus comentarios ¿Qué vosotros cuándo os animáis?. Comentarios sin maldad por su parte, pero que a ti que llevas intentándolo tanto tiempo te hunde y te reconcome por dentro.

Van pasando los meses, intentando descifrar y mejorar lo que estáis haciendo mal o no tan bien para conseguir el embarazo. Te empiezas a obsesionar y aun sabiendo que los nervios y el estrés no son buenos para quedarte embarazada, no puedes dejar de pensar en ello y cada vez que te viene de nuevo la regla, te hundes un poco más y piensas si algún día conseguirás ser madre.

Un año de espera. Buscando la causa de la infertilidad.

Después del año de rigor intentándolo volvemos a la consulta del ginecólogo, ahora si nos tiene que hacer caso. Nos envía a los especialistas de fertilidad, para que a partir de ahora nos lleve otro ginecólogo y sea el que nos «analice» profundamente. Ya somos oficialmente una pareja que sufre infertilidad. Sientes que te van enviado de lado a lado y que nadie te va a decir nunca si os pasa algo realmente.

Dos semanas después por fin vamos a la consulta de fertilidad y una vez allí comenzamos a contar nuestra historia. Nos escucha muy atentamente y salimos de la consulta con unas cuantas pruebas a realizarnos:

  • Análisis hormonal
  • Ecografías
  • Histerosalpingografía
  • Seminograma

Qué pereza solo de pensar la de pruebas y médicos que vamos a tener los siguientes meses. Pero también qué ganas de saber si nos pasa algo o no y si podremos llegar a ser padres por fin.

Llegan los primeros resultados y me desconciertan aun más. En mis primeros análisis hormonales me sale que la Hormona Folículo Estimulante (FSH), una de las principales hormonas para medir la reserva ovárica que nos queda a las mujeres, estaba muy por encima del límite, que se supone que es 9 mUI/ml, la tenía en más de 15 mUI/ml!

Con este primer resultado y mis antecedentes familiares de menopausia precoz todo indicaba que tenía una baja reserva ovárica ☹. Vaya mazazo, ya que eso significaba que, a mis 31 años aunque no era del todo imposible, iba a ser MUY MUY difícil.

El ginecólogo me volvió a pedir estos análisis hormonales incluyendo la Hormona Antimulleriana (AMH), ya que la hormona Antimulleriana es un indicativo más fiable para medir la reserva ovárica. Así que en el tercer día del ciclo me repito estos análisis hormonales. La espera de los resultados se me hizo eterna.

Una vez vistos solo ratificaron mi bajísima reserva ovárica, la hormona Antimulleriana la tenía en 0,63 ng/ml (muy baja si está por debajo del valor 0,7 ng/ml) y encima la FSH se me disparó a más de 27 mUI/ml! Ya no iba a ser difícil, sino casi imposible quedarme embarazada de forma natural. El mundo se te viene un poco encima ves cada vez más lejos y complicado tu sueño de ser madre.

¿Algún día conseguiré ser madre?

El seminograma de mi marido sale todo correcto, ¡Está completamente sano! Por fin una buena noticia!! 😀 Solo queda centrarnos en mi reserva ovárica y actuar lo más rápido posible, ya que el tiempo en este caso juega un papel importante y con 31 años empezará a ser cada vez más difícil conseguir el embarazo.

Iniciándonos en el mundo de la reproducción asistida

El ginecólogo nos comenta las diferentes técnicas de reproducción asistida que existen, inseminación artificial, fecundación in vitro, ovodonación,… Descartando la inseminación artificial por mi baja reserva ovárica y seguimos con las diversas pruebas médicas.

Empezamos entonces a profundizar en internet en el mundo de la reproducción asistida mientras seguíamos con las diversas pruebas de rigor. Me realizo una histerosalpingografía, es una radiografía en donde se analiza el estado y la permeabilidad de las trompas de Falopio y del útero, por si hay alguna anomalía.

Resultados histerosalpingografia
Fotografías de mi prueba de histerosalpingografía

Los resultados fueron buenos y encima no me dolió nada, que había leído que era una prueba bastante molesta. Tenía mis trompas totalmente permeables y no había ningún problema en el útero, bueno menos mal…

Poco a poco nos íbamos haciendo más a la idea de que tendremos que recurrir si o si a la fecundación in vitro para poder ser papis, así que empezamos a mirar los diferentes centros de reproducción asistida que había y ya que en muchos de ellos la primera consulta es gratuita, fuimos pidiendo citas.

En el primer centro donde fuimos a informarnos, Fertilab como justo estaba en mi 4 día de ciclo me hicieron una ecografía transvaginal, donde se hace un recuento de folículos antrales, que también mide la reserva ovárica. Solo tenía un folículo en el ovario derecho y tres en el izquierdo, buff cuatro folículos eran poquísimos, si hay menos de 6-7 folículos se considera una reserva ovárica disminuida. Otra prueba más que confirmaba mi baja reserva ovárica.

En esta consulta nos comentan que aunque hagamos un ciclo de FIV al tener pocos folículos, teníamos menos de un 5% de posibilidades de conseguir el embarazo. Nos informan de la ovodonación, pero que al tener 32 años, era muy joven y que al menos intentáramos un ciclo de FIV, ya que aunque eran muy pocos folículos, estos podían responder bien a la estimulación ovárica y ser de calidad…

Vaya mazazo nos llevamos, sabíamos que el tiempo corría en nuestra contra pero no tanto!!

Fuimos a la consulta de información de otras dos clínicas más de reproducción asistida, IVF e IVI, en las ecografías que me realizaron me salieron más folículos antrales, no para echar cohetes, pero al menos más de los 4 del anterior centro. En estas clínicas no me hablaron tanto de ovodonación y que intentáramos si o si la fecundación in vitro.

Pasamos las vacaciones de Navidad, donde nos dio tiempo a pensar y desconectar un poco de tanto ir y venir de centro en centro. Decidimos que íbamos a intentar al menos un ciclo de fecundación in vitro y si fuese necesario recurriríamos a la ovodonación.

No quería que me dieran falsas esperanzas y jugasen con nuestro tiempo y dinero

En cuanto al centro, nos decantamos por el IVI y al volver de vacaciones de Navidad nos hicimos las últimas pruebas que necesitábamos para empezar el tratamiento:

  • Análisis completo de sangre
  • Cariotipo
  • Síndrome del X-Frágil y Fibrosis Quística (al tener baja reserva ovárica)

Un giro inesperado

Mientras esperábamos los resultados de estas últimas pruebas y con cita para febrero para empezar el tratamiento, se me retrasa un par de días la regla. Yo era súper regular, alguna vez se me había retrasado, pero siempre acababa apareciendo. Así que no me quería hacer ilusiones de nuevo porque después el batacazo es mucho peor.

Me hice el test de embarazo de orina de esos de tiras y aunque salía solo una rayita marcada, la de control, al pasar unos minutos se apreciaba una ligera sombra en donde debería marcarse la segunda rayita, o al menos eso veíamos nosotros. No sé si porque estaba allí realmente o porque es lo que más deseábamos!!

Cada mañana me repetía el test de embarazo, creo que es la única vez que no me costaba levantarme y saltaba de la cama corriendo al baño 🙂 No terminaba de marcarse la segunda línea, pero cada vez más esa ligera sombra del primer test se iba notando un poco más!

Vaya días de nervios que pasamos, yo iba cada dos por tres al baño, para ver si seguía sin venir la regla y mi marido preguntando ¿Te ha venido ya, te ha venido ya? Qué incertidumbre queríamos saberlo ya! Encima cada día tenía los síntomas de que me iba a venir la regla… creo que esa semana se me hizo la más larga de mi vida 🙂

Con casi una semana de retraso fuimos al ginecólogo, me hizo una ecografía vaginal en la que no se veía nada! y me dijo que no se podía ni confirmar ni desmentir, que esperara otra semana más y volviese. ¡Otra semana de espera! ni de coña podíamos esperar tanto.

Ese mismo día fuimos a hacerme una prueba de embarazo en sangre, en un centro que te dan el resultado en un par de horas… Nos fuimos a casa y solo tocaba esperar, intentar no ponernos más nerviosos y aceptar el resultado que saliese. No desmoronarnos si salía que no estaba embaraza, sabíamos lo difícil que era que me quedara de forma natural, pero aun así no podíamos dejar de hacernos ilusiones…

Dos horas después sonó en el móvil el sms que daba el acceso a los resultados, con todos los nervios del mundo, nos pusimos frente al ordenador y lo vimos… Una beta-HCG de 974 U/L!! eso significaba que estaba embarazada de casi 5 semanas!!!

Por muy mal que te lo pongan nunca pierdas la esperanza

Una mezcla de incredulidad, alegría y nervios se juntaron en un instante ¡Lo habíamos conseguido! Con mucha cautela en las primeras semanas, nos lo fuimos poco a poco creyendo. Una pequeña semilla de amapola estaba dentro de mí y que iría creciendo poco a poco los siguientes meses hasta convertirse en todo un pequeño gran bebé que cambiaría nuestras vidas.

Dicen que cuando te relajas y dejas de pensar en quedarte embarazada es cuando entonces te quedas, no sé si en algún momento dejamos de pensar en ello. Si que es verdad que al hacernos la idea de que teníamos que recurrir a la reproducción asistida, solo quería que pasase el tiempo para comenzar lo antes posible ya que eso podía significar el comienzo del final de la búsqueda de embarazo.

Y aquí estamos deseando con fuerza que todo vaya bien en el embarazo y ver la carita a nuestro bebé.